Ni decorativas, religiosas, festivas... En nuestra casa las navidades son única y exclusivamente... ¡gastronómicas!, como casi todas las celebraciones que tienen lugar en ella... Pobres pero gourmets sin interrupción, y en petit comité, nos regalamos surtidos de quesos de Sort, exquisitos... cajas del mejor Albariño, jamón de bellota, solomillos, ibéricos 100%... cada día es domingo en nuestra mesa, y en navidades la casa -los pocos euros que aún podamos tener-, por la ventana van en forma de elaborados delicatessen... ¡Todo esto que nos llevaremos! exclama mi mare, y razón que lleva la chica... Aunando tradiciones andaluza y catalana, recogemos lo mejor de cada gastronomía para deleitarnos en un autohomenaje pantagruélico a todas luces... un despiporre de los sentidos, vamos... Y es que contra el delito de ser pobre –que decía Céline-, la obligación de probarlo todo... y en ello estamos... Chin!
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